sábado, 14 de agosto de 2010

La Educación Técnica en Argentina

La Educación Técnica en nuestro País
por Enrique Luis Liccardi Sañudo
parte II

Habíamos quedado en la entrega anterior que..."A partir del momento de la creación del CONET las escuelas industriales o fábrica existentes, y las que se crearon posteriormente, pasaron a llamarse Escuelas Nacionales de Educación Técnica (ENET)".

ESCUELAS.-
El sistema era complementado por la propia industria, la que a partir de las desgravaciones impositivas podía financiar escuelas ó crear las propias. Bajo este sistema, cabe señalar que tuvieron importante desarrollo y trascendencia las escuelas de la fábrica Ford en General Pacheco, la de Phillips en Vicente López, la de Siam-Di Tella en Valentín Alsina, el Politécnico de Berazategui, y otras. Asimismo y con otro régimen estaban las Escuelas Talleres de 3 ó 4 años de los Astilleros Río Santiago, Taller Naval YPF en La Plata, Tandanor y otros.
Dentro de la Ley del Impuesto para la Educación Técnica había un artículo que permitía a las fábricas que sostuvieran cursos sistemáticos de formación técnica, que fueran adecuadamente reconocidos por el CONET, a no pagarlo hasta finalizar el ejercicio, en cuyo momento sólo abonaba la diferencia entre lo que hubiera tenido que pagar y lo que había invertido en el mantenimiento de los cursos. Esta suma de la que podían disponer las empresas no era ilimitada, sino que el CONET fijaba un piso y un techo de acuerdo al número de cursos y alumnos que asistían, y además se tenía en cuenta el tipo de especialidad.
En la reglamentación de la ley se estableció que toda compra de bienes muebles e inmuebles que se hiciera con dinero proveniente del impuesto debía inventariarse a favor del CONET, pasando a ser propiedad del mismo. Esta fue la razón por la que aquellas empresas que en caso de cierre no querían perder los bienes adquiridos, los pagaban de su propio peculio y sólo descontaban lo que consumían (sueldos, materiales, etc.). Incentivadas por dicha ley, las empresas, con el afán de contribuir a formar personal altamente capacitado, comienzan a montar sus propias escuelas.

Así nacen las primeras Escuelas Privadas de Fábrica y al poco tiempo crece su número hasta alcanzar aproximadamente una treintena para llegar a mediados de la década del 60, en que era rara la empresa que no tuviera o contribuyera a sostener una escuela. Los cursos eran inspeccionados periódicamente y en el CONET cada escuela tenía un legajo donde figuraban todos los antecedentes para así poder controlar la calidad de la enseñanza que se impartía.
Por iniciativa de los directores de las primeras escuelas fábrica, se invitó a los restantes a nuclearse en un ente que se llamó Consejo de Directores de Escuelas Privadas de Fábrica. Este Consejo les permitió mantenerse en permanente contacto en reuniones periódicas o privadas para cambiar información y experiencias.
La existencia de este Consejo facilitó a los egresados de las distintas escuelas a que encontraran rápidamente ubicación en las empresas que los necesitaban. Las escuelas privadas de fábrica siguieron funcionando normalmente sin mayores dificultades alcanzando cada vez mayor prestigio, lo que se veía reflejado en el número de aspirantes a ingresar a primer año. Estos eran sometidos a un examen de conocimiento que no sólo debían aprobar, sino alcanzar los primeros lugares para poder ingresar, dado que los cupos eran limitados.
Con estos alumnos elegidos y un personal docente calificado, se pudo brindar a las industrias un personal técnico altamente profesionalizado, pues en estas escuelas había una doble exigencia: Por un lado del CONET y por el otro de las propias empresas, que al no querer poner en juego su prestigio controlaban con sumo celo los cursos que se dictaban, cuya calidad y nivel profesional alcanzado podían comprobar al observar el rendimiento del alumno egresado.
En resumen, el que pagaba era el Estado, pues los gastos eran descontados del pago de impuestos. Pero el régimen le daba gran dinamismo al sistema. Dentro de este encuadre, el resultado fue eficaz a la vez que proveyó técnicos a una industria que se mostraba en alza hasta su colapso por motivos ajenos al aparato educativo.

CONTINUA EN III

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