miércoles, 4 de marzo de 2009

Charles Darwin

Charles Robert Darwin
(12 de febrero de 180919 de abril de 1882)
Fue un naturalista inglés que postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930, y actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna.
Su obra fundamental, El origen de las especies, publicada en 1859, estableció que la explicación de la diversidad que se observa en la naturaleza se debe a las modificaciones acumuladas por la evolución a lo largo de las sucesivas generaciones.
Con sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como ciencia, puesto que constituyen una explicación lógica que unifica las observaciones sobre la diversidad de la vida.
Con apenas 16 años Darwin ingresó en la Universidad de Edimburgo, aunque paulatinamente fue dejando de lado sus estudios de medicina para dedicarse a la investigación de invertebrados marinos.
Posteriormente la Universidad de Cambridge dio alas a su pasión por las ciencias naturales.

El segundo viaje HMS Beagle consolidó su fama como eminente geólogo, cuyas observaciones y teorías apoyaban las ideas uniformistas de Charles Lyell mientras que la publicación del diario de su viaje lo hizo célebre como escritor popular. Intrigado por la distribución geográfica de la vida salvaje y por los fósiles que recolectó en su periplo, Darwin investigó sobre el hecho de la transmutación de las especies y concibió su teoría de la selección natural en 1838.

Aunque discutió sus ideas con algunos naturalistas, necesitaba tiempo para realizar una investigación exhaustiva, y sus trabajos geológicos tenían prioridad.

Se encontraba redactando su teoría en 1858 cuando Alfred Russell Wallace le envió un ensayo que describía la misma idea, urgiéndole Darwin a realizar una publicación conjunta de ambas teorías.

Trató la evolución humana y la selección natural en su obra El origen del hombre y de la selección en relación al sexo y posteriormente en La expresión de las emociones en los animales y en el hombre. También dedicó una serie de publicaciones a sus investigaciones en botánica, y su última obra abordó el tema de los vermes terrestres y sus efectos en la formación del suelo.
Como reconocimiento a la excepcionalidad de su obra fue uno de los cinco personajes del siglo XIX no pertenecientes a la realeza del Reino Unido honrado con funerales de Estado, siendo sepultado en la Abadía de Westminster, próximo a John Herschel e Isaac Newton.
Sellos y Postales de Charles Darwin, conmemorando su centenario.

FRENO al Calentamiento Global

Se puede frenar el calentamiento global con cultivos selectivos
Determinadas plantas reflectan mayor cantidad de luz solar,
enfriando así la superficie de la Tierra

El cambio climático es un problema acuciante, que anima a los científicos a buscar soluciones.
Investigadores de la Universidad de Bristol proponen un tipo de cultivo “inteligente”, extensible a cualquier lugar del planeta, para evitar el calentamiento global. A partir de un modelo de clima global, los científicos calcularon cómo afectaría al clima que las variedades de plantas de los cultivos dedicados a la alimentación reflectaran mayor cantidad de luz solar que los cultivos actuales.
Así, descubrieron que esta sencilla medida podría disminuir la temperatura de Europa y Euroasia
en 1 ºC durante los meses de verano, evitando sequías y olas de calor en ambos continentes.
Un equipo de científicos propone, en un artículo aparecido en la revista Current Biology, seleccionar cuidadosamente las variedades de cultivos destinados a la alimentación, con el fin de frenar el cambio climático. Según explican los investigadores en un comunicado, si se eligen bien las plantas a cultivar, gran parte de Europa y de Norteamérica podría enfriarse más de 1ºC durante el verano, lo que equivaldría a un enfriamiento anual global de 0,1 ºC, es decir, de casi un 20% del incremento total de la temperatura global desde la Revolución Industrial. Actualmente, el crecimiento de los cultivos produce ya un enfriamiento en el clima, debido a que estas plantas reflectan más luz del sol hacia el espacio que la vegetación natural. Sin embargo, no todas las plantas tienen el mismo nivel de albedo, que es la proporción de reflexión de la luz de un cuerpo que no ilumina por sí mismo, sino que hay variedades más reflectantes que otras y, por tanto, más capaces de enfriar el medio ambiente que otras.

Variedades distintas del mismo cultivo presentan diferencias significativas de albedo, explican los científicos, por lo que seleccionar aquéllas más reflectantes mejoraría el efecto enfriador de las plantas. Dado que la agricultura es una industria global, esta medida de enfriamiento podría extenderse a cualquier parte del planeta. El profesor Andy Ridgwell, director de la investigación, señala que los cultivos dirigidos en este sentido permitirían al ser humano ejercer un control sobre el clima, de la misma forma que cultivamos variedades específicas de determinadas plantas con el fin de aumentar la producción.
Según explican los científicos en Current Biology, esta estimación fue posible a partir de la modificación, dentro del modelo de clima global, del albedo de la vegetación de áreas de cultivo prescritas. A continuación, se calculó el potencial a medio plazo de enfriamiento durante el verano en las zonas del planeta antes mencionadas. El enfriamiento resultante de dicha modificación equivaldría a una compensación por verano de aproximadamente un quinto del calentamiento ocasionado por la duplicación del CO2 atmosférico en las áreas estudiadas. Las plantas se distinguen en su albedo por las diferencias en las propiedades de la superficie de sus hojas, y también por la disposición de éstas.
Para aumentar su capacidad reflectante se podría bien realizar cultivos selectivos bien modificar a las plantas genéticamente, explican los científicos.

ELECTRONES IMITAN CAMPOS INEXISTENTES

Científicos consiguen el Efecto Hall cuántico
sin temperaturas extremas, facilitando el camino hacia
la computación cuántica

Los ordenadores cuánticos están ahora más cerca. Un equipo internacional de físicos ha conseguido reproducir el Efecto Hall cuántico, que permite mover electrones para aprovechar así las cualidades de su espín y de su movimiento en computación, sin necesidad de temperaturas extremadamente bajas ni de campos magnéticos intensos, principales obstáculos para la fabricación de ordenadores de la próxima generación. Utilizando una novedosa técnica, basada en un acelerador y un bloque de antimonio y bismuto, los investigadores consiguieron que los electrones de dicho bloque se movieran como si estuvieran sometidos a un campo magnético, aunque sin estarlo.

Un equipo internacional de científicos liderado por investigadores de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, ha descubierto que en la superficie de ciertos materiales las disposiciones colectivas de electrones pueden moverse como si imitaran la presencia de un campo magnético, aunque este campo no se encuentre presente. Este movimiento constatado refleja uno de los fenómenos cuánticos más exóticos de la física de la materia condensada, el del efecto Hall cuántico. Hasta el momento, los científicos habían observado el efecto Hall cuántico en movimientos similares de electrones, pero estando éstos sometidos a campos magnéticos muy intensos y a muy bajas temperaturas.

El descubrimiento podría, además, allanar el camino hacia la fabricación de ordenadores cuánticos con la flexibilidad de operar a temperaturas moderadas, en contraposición a las bajas temperaturas estándar requeridas para los actuales dispositivos informáticos más potentes, informa la National Science Foundation (patrocinadora de la investigación) de Estados Unidos en un comunicado.

VOLVIO A VER GRACIAS A UN OJO BIONICO

Un hombre recuperò la visiòn despuès de 30 años
El ciudadano britànico de 73 años, llamado Ron, pudo volver a ver gracias a la implantaciòn de un ojo biònico en una operación quirúrgica experimental realizada hace siete meses en el Hospital Moorfield's de Londres.



Ron afirmó que tras recibir el ojo biónico, conocido como Argus II, puede ahora seguir las líneas blancas en la calle e incluso juntar pares de calcetines. El ojo biónico utiliza una cámara y un procesador de video montado en un anteojo para enviar imágenes captadas sin necesidad de cables a un pequeño receptor en la parte externa del ojo. Luego, el receptor traslada la información a través de un cable minúsculo que conecta electrodos a la retina, la capa más interna del globo ocular y el tejido fotorreceptor. Cuando esos electrodos son estimulados, envían mensajes a través del nervio óptico al cerebro, que puede percibir patrones de luz y sombras correspondientes a los diferentes electrodos estimulados. Los médicos británicos esperan que los pacientes puedan aprender a interpretar los patrones visuales para producir imágenes con sentido. El ojo biónico fue creado por la compañía estadounidense Second Sight y hasta el momento 18 pacientes en distintos países del mundo, entre ellos en Gran Bretaña, ya utilizan ese dispositivo ocular.