miércoles, 25 de abril de 2012

La Imágen de 2 átomos vibrando en una molécula

por Enrique Luis Liccardi Sañudo

Con estos experimentos, se ha demostrado que es viable controlar la trayectoria cuántica del electrón cuando regresa a la molécula, mediante ajustes en el proyector láser utilizado.
El próximo paso del equipo del físico Louis DiMauro, de la Universidad Estatal de Ohio, será ver si es factible guiar al electrón del modo idóneo para lograr controlar una reacción química a escala atómica.

Los investigadores eligieron estudiar unas moléculas muy simples: Nitrógeno molecular (N2), y oxígeno diatómico o molecular (O2). El N2 y el O2 son gases atmosféricos comunes, y los científicos ya conocen cada detalle de su estructura, por lo que estas dos moléculas muy básicas resultaban idóneas para aplicar en ellas la técnica mencionada.


En cada caso, los investigadores hicieron incidir sobre la molécula pulsos de luz láser con una duración de 50 femtosegundos (milbillonésimas de segundo). Para tener una idea clara de cuán breves fueron estos pulsos, basta considerar que un femtosegundo es a un segundo lo que un segundo es a unos 32 millones de años.



En la investigación también han trabajado Cosmin Blaga, Anthony DiChiara, Emily Sistrunk, Kaikai Zhang, Pierre Agostini y Terry A. Miller, de la Universidad Estatal de Ohio, así como Junliang Xu y C.D. Lin, de la Universidad Estatal de Kansas.

martes, 24 de abril de 2012

                              TRANSHUMANISMO

                                                            Por Enrique Liccardi Sañudo
Aunque muchos teóricos y partidarios del transhumanismo buscan aplicar la razón, la ciencia y la tecnología para reducir la pobreza, las enfermedades, las discapacidades y la malnutrición en todo el mundo, el transhumanismo se distingue en su enfoque particular en la aplicación de las tecnologías para la mejora de los cuerpos humanos de forma individual. Muchos transhumanistas valoran activamente el potencial de las tecnologías futuras y los sistemas sociales innovadores para mejorar la calidad de toda vida, a la vez que tratan de hacer efectiva la igualdad consagrada en los sistemas políticos y legales democráticos mediante la eliminación de las enfermedades congénitas.


Los filósofos transhumanistas argumentan que no solo existe el imperativo ético perfeccionista de tratar de progresar y mejorar la condición humana, también es posible y deseable para la humanidad el entrar en una fase de la existencia post humana, en la que los humanos controlen su propia evolución. En tal fase, la evolución natural sería reemplazada por el cambio deliberado.


Cabe señalar que el transhumanismo es una clase de filosofía que busca guiarnos hacia una condición posthumana. El transhumanismo comparte muchos elementos del humanismo, incluyendo un respeto por la razón y la ciencia, un compromiso con el progreso, y una valoración de la existencia humana (o transhumana) en esta vida. Este concepto filosófico conforma un movimiento intelectual que está a favor del empleo de las nuevas ciencias y tecnologías para mejorar las capacidades mentales y físicas con el objeto de corregir lo que considera aspectos indeseables e innecesarios de la condición humana, como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento o incluso en última instancia la mortalidad. Los pensadores transhumanistas estudian las posibilidades y consecuencias de desarrollar y usar la tecnología con estos propósitos, preocupándose por estudiar tanto los peligros como los beneficios de estas manipulaciones.


Para ello siguen perspectivas interdisciplinares para entender y evaluar las posibilidades de superar las limitaciones biológicas. Recurren a la prospectiva y a varios campos de la ética como la bioética, principalmente, pero no de forma exclusiva desde una perspectiva humanista y progresista. Al contrario de muchos críticos y activistas que dan un importante valor a la preservación de los sistemas naturales, los transhumanistas ven el concepto mismo de lo «natural» como una problemática en el mejor de los casos y un obstáculo al progreso en el peor. A este respecto, los partidarios del transhumanismo se refieren al término «bioconservadores» que tildaba al movimiento social del siglo XIX que se oponía al reemplazo de trabajadores manuales por máquinas.


Mientras que muchos transhumanistas adoptan una perspectiva abstracta y teórica sobre los beneficios de las tecnologías emergentes, otros han ofrecido propuestas específicas para modificar el cuerpo humano, algunas de ellas hereditarias. Los transhumanistas a menudo están preocupados con los métodos de mejora del sistema nervioso humano. Algunos proponen modificar el sistema nervioso periférico, mientras que el cerebro al ser considerado el denominador común de la humanidad se encuentra en el centro de las ambiciones transhumanistas.


Los transhumanistas apoyan la emergencia y convergencia de tecnologías como la nanotecnología, biotecnología, tecnología de la información, ciencia cognitiva, y tecnologías futuras hipotéticas, como la realidad virtual, inteligencia artificial, transferencia mental. Creen que los humanos pueden y deberían usar estas tecnologías para volverse más que humanos.


El ritmo de la evolución tecnológica se acelera progresivamente, y en los siguientes cincuenta años no sólo aparecerán avances radicales, sino que sobrevendrá una singularidad tecnológica, que puede cambiar la naturaleza fundamental de los seres humanos. Los transhumanistas que prevén este cambio masivo sostienen que es deseable. Sin embargo, también estudian los posibles peligros de un cambio tecnológico extremadamente rápido, y, proponen opciones para asegurar que la tecnología sea usada de forma responsable.


En un ámbito más práctico, los transhumanistas tienden a emplear las tecnologías y técnicas existentes que supuestamente mejoran el rendimiento cognitivo y físico, y a seguir estilos de vida diseñados para mejorar la salud y la longevidad. Dependiendo de su edad, algunos transhumanistas expresan su preocupación por no vivir lo suficiente como para disfrutar los beneficios de las tecnologías futuras.


Conclusión: A través de los años y del tiempo, la Ciencia simple en sí misma dio paso a la Ciencia reflexiva, esto fue un avance importante gracias a la influencia de la tecnología. Allí aparecieron, Copérnico y sus evidencias; las leyes de Kepler y el vacio absoluto de Galileo. También Descartes emulando a Euclides fundó la geometría analítica y sostuvo que las matemáticas eran la clave del universo. Luego apareció Darwin y su teoría de la Evolución, desarrollada con sus 22 años en el buque Beagle durante su paso por América del Sur hacia las Galápagos. Einstein y su relatividad, nos enseñó que ni tiempo ni espacio son absolutos. Watson y la estructura molecular del ADN. La biología demostró que 30.000 genes son usados por la naturaleza y el medio ambiente para “construir” un individuo. La Cibernética imitó la mente humana y fue más allá de lo natural. Precedentes del pensamiento transhumanista se hallan en expresiones mitológicas del deseo humano de adquirir nuevas capacidades. Bostrom las localiza en el humanismo renacentista y en la Ilustración. Giovanni Pico della Mirandola animó a los hombres a «esculpir su propia estatua». René Descartes consideró la mejora humana uno de los frutos de su enfoque de la ciencia, y el Marqués de Condorcet fue el primer pensador que habla del empleo de la medicina para extender la esperanza de vida. En el siglo XX, el genetista Haldane predecía el advenimiento de grandes beneficios por la aplicación de la genética y otras ciencias de la biología humana. El biólogo Huxley, amigo de Haldane, fue el primero en usar la palabra «transhumanismo», que definió en 1957 como «el hombre sigue siendo hombre, pero trascendiéndose a sí mismo, al cobrar conciencia de las nuevas posibilidades de y para la naturaleza humana». En 1966 se empezó a identificar a la gente que adoptaba tecnologías, estilos de vida y nuevos puntos de vista sobre la transición a la posthumanidad, como transhumanos.


Las Ciencias y las Nuevas Tecnologías [como la Bio y la Nano] ofrecen al hombre la medicina más reconfortante y más segura pues, aumenta la calidad y prolonga la vida. Quien, hoy en día no haya incorporado a su vida, la relatividad, la evolución, el ADN y la inteligencia artificial, le será difícil entender el tiempo que vivimos y más aún el que estamos construyendo.