E N T R E M U R O S
Por Enrique Luis Liccardi Sañudo
Una película que trascurre dentro de una escuela secundaria, un profesor que trasmite saberes y conocimientos a sus alumnos, un grupo de adolecentes con sus personalidades y problemáticas lógicas de la edad.


En este contexto y de un extremo al otro pasan por el film, los directivos de la escuela, los docentes, los alumnos, los padres, los cooperadores, los miembros del tribunal de disciplina y los que sin estar expresamente identificados permiten que el sistema educativo funcione.
El autor aborda con precisión un año lectivo, ubicando al profesor en el centro del escenario, que intenta darle a su clase una dinámica particular y que lo logra a medias. Juega, -el autor-, con la escuela tradicional y la moderna. Los alumnos, (bien tomados por las cámaras) muestran sus rechazos, sus bromas, sus juegos, sus privacidades, sentimientos y habilidades. Y todo termina allí, entre las paredes del aula, las del patio, las de la escuela.

La similitud que la película tiene con nuestras actividades en la realidad actual llevaría a la definición de ESPEJABLE, si se me permite el término. Esta similitud espejable resumiría ó reflejaría lo que damos en llamar “problemática escolar” y para la que hasta ahora no hallamos una solución homogénea e integradora.
Conclusión:
1.- El film sacude nuestras fibras más íntimas. Nos presenta el problema y nos reta a aplicar la solución y para ello nos “espera” el año que viene, con otros estudiantes, otras problemáticas pero con los mismos muros. Esta espera, que el autor presenta como el cierre de la película donde desde una mirada silenciosa, observamos los muros como testigos del olor a tiza, testigos de jóvenes que se van y los que vendrán, de escritorios desordenados, de sillas caídas y como fin el cierre lectivo.
2.- Como hacedores de la educación tenemos que implementar métodos que tiendan a desarrollar el potencial del alumno, pues en ellos se construirá nuestro futuro.