Este producto representa un avance en la construcción de plataformas marinas,
presas, escolleras y taludes en zonas costeras,
ya que sus componentes no se deterioran bajo el agua.
Su fabricación es igual a la del concreto común. Para ello se emplea cemento blanco, agregados finos, agregados gruesos, fibras, agua y el aditivo cuya fórmula es secreta, llamado -Ilum-.
Los ingenieros civiles mexicanos, Joel Sosa Gutiérrez -de 26 años- y Sergio Omar Galván Cáceres -de 25 años- crearon en el 2005 este revolucionario cemento que tiene la capacidad de ser colado bajo el agua y ser 30 por ciento más liviano que el concreto hasta ahora conocido.
El impacto de este desarrollo tecnológico permitió a los estudiantes constituir la empresa Concretos Translúcidos S.L.R. de C.V., la cual ha sido apoyada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología [Conacyt] desde hace más de un año con 7.5 millones de pesos para tramites de certificaciones y patentes. La cementera italiana Italcimenti ha presentado una oferta para comprar la empresa. El Conacyt tiene catalogado este proyecto como el cuarto mejor del sexenio pasado en el rubro de Ciencia y Tecnología, además de ser el programa más joven apoyado por el organismo, ya que tanto Sergio Galván como Joel Sosa aún no culminan sus estudios de licenciatura