domingo, 30 de noviembre de 2008

Mejoramiento para CLONAR YERBA MATE

BIOTECNOLOGIA MICROPROPAGACION
El proyecto se denomina: “Clonación in vitro de la yerba mate
mediante el uso de biorreactores de inmersión temporal automática”
En este contexto, un grupo de investigadores del Instituto de Botánica del Nordeste de la Argentina y del Nacional de la Yerba Mate trabajan con el fin de utilizar sólo una parcela de su propiedad, pudiendo duplicar sus actuales rindes y destinar el resto de su posesión a la práctica de otros cultivos, maximizando así el uso de la tierra.
Si bien el nombre del proyecto parece remitir a un sistema muy complejo, el principio aplicado es simple: se trata de utilizar dos frascos de vidrio unidos por una manguera para nutrir los clones de yerba mate y llevar a campo un producto con ciertas características que le aporten calidad.

Pedro Sansberro, jefe del equipo de investigación, lleva más de 10 años trabajando en la bioquímica del enraizamiento y mecanismo fisiológico de la planta. Esta aún no se produce a escala comercial con clones de alta producción, ya que el proceso tuvo que superar una serie de obstáculos, principalmente la imposibilidad de aplicar la técnica a ejemplares adultos. "Cuando se selecciona una planta de yerba, ya sea por su velocidad de brotación, su porte u otro carácter agronómico, se está tomando un ejemplar adulto”, explicó Sansberro. Una planta leñosa como la yerba mate se la considera adulta una vez que floreció. Su fisiología cambia de manera radical y se acentúa con el paso del tiempo.
Por el momento la clonación de la yerba mate sirve para realizar huertos clonales, pero no para llevarla a gran escala. El motivo está en que para lograr la clonación exitosa de la especie hay que controlar muy bien el ambiente por el cual pasa la planta madre y de dónde se saca la estaca. “Si podamos una planta en el campo para sacarle un tallo y hacer clones, se depende mucho del clima de ese año”, explica Sansberro, que amplía: “En el caso de que se registre un clima seco, es muy bajo el porcentaje de supervivencia de la estaca. Esto se debe a que la planta ya registró estrés hídrico y su composición química se alteró. Tiene un balance hormonal diferente y eso conlleva a que cuando se lo va a estaquear muere, aunque se cuide la humedad relativa”.
Una alternativa a esta dificultad es la micropropagación por medio semisólido, es decir, hacerlo in vitro. Es un método que en la actualidad sólo sirve para estudios básicos de las plantas leñosas, no para herramienta de clonación a gran escala. Fundamentalmente por dos motivos: es muy costoso y su crecimiento, lento.

Con el objetivo de multiplicar y fortalecer esos clones en el laboratorio mediante el uso de biorreactores, los investigadores desarrollaron un sistema de distribución para hacerlo a gran escala.
“Son vasos comunicantes, unidos por una sonda. En uno de ellos se pone el medio de cultivo y todo lo que requiere la planta para desarrollarse, y en el otro, se pone la estaca. Hay dos vías presurizadas, con electroválvulas que se manejan con secuenciadores de tiempo. Al accionar el dispositivo traslada aire del medio de cultivo a la estaca. Cuando se termina el tiempo de inmersión, la segunda línea hace el camino inverso”.

Este proceso permite en un corto lapso de tiempo lograr un brote, para luego pasar a la etapa de enraizamiento y llevarlo finalmente a tierra.


El Laboratorio de Ecofisiología del Instituto de Botánica del Nordeste de la UNNE está integrado por: Dr. Pedro Sansberro, Ing. Agr. Claudia Luna, Ing. Agr. Nidia Fortes, Ing. Agr. Fabiana Espasandin, Ing. Agr. José Tarragó, Bioq. Maximiliano Acevedo, Dra. Mónica Collavino.

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