Sin bien muchas de estas técnicas son aún utilizadas, desde hace 20 años, los científicos descubrieron técnicas más complejas para darle a los cultivos las características que deseaban y así surgieron los cultivos transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM).
Si bien mucha gente piensa que la gran mayoría de los alimentos que consumimos están fabricados a partir de plantas transgénicas, en realidad, en nuestro país existen solamente tres cultivos transgénicos.
El maíz es uno de los tres cultivos más importantes del mundo. A partir de éste se obtienen más de 600 productos, los cuales se usan para fabricar alimentos, medicamentos, plásticos, telas, papel y productos de belleza.
La soja es una importante fuente de proteínas, calcio, hierro, zinc, fosfato, magnesio, vitamina B, ácidos grasos más saludables, y otras sustancias que ayudan en la prevención de enfermedades cardíacas. Además de emplearla para alimentación, se la utiliza en la fabricación de productos farmacéuticos y combustibles. La soja fue el primer cultivo transgénico en la Argentina. La soja transgénica (soja TH o RR) puede tolerar los efectos de los herbicidas, es decir que al rociar estos productos sobre el campo sembrado con soja, todas las malezas mueren mientras que la soja transgénica sobrevive.
Hoy en día, casi el 100% de la soja cultivada en los campos es transgénica y tiene esta característica que es muy útil para los agricultores porque les hace ahorrar plata y trabajar de manera más eficiente.