martes, 15 de diciembre de 2009

Acuífero Guaraní

EL ACUÍFERO GUARANÍ
El acuífero guaraní es una reserva subterránea transfronteriza de agua,
que ocupa aproximadamente 1.200.000 km² en el sudeste de América del Sur,
entre los 12º y 35º de latitud sur y los 47º y 65º de longitud oeste.
El acuífero está ubicado geográficamente debajo de cuatro países (que coinciden con los 4 miembros del Mercosur): en Brasil es 840.000 km² ; en Argentina es 225.500 km² ; en Paraguay 71.700 km² ; en Uruguay 58.500 km²
En Argentina hay explotadas 5 perforaciones termales de agua dulce y una de agua salada,
ubicadas en el oriente de la provincia de Entre Ríos (Termas de Villa Elisa, Termas de Federación, Termas de San José, entre otras), y hacia su oeste hay sólo una de agua salada termal, con la consiguiente problemática contaminante del efluente salado.

El acuífero del Sistema Guaraní se confina en formaciones geológicas antiguas, correspondientes a los períodos Triásico, Jurásico y Cretácico Inferior, teniendo tales rocas edades entre los 200 a 132 millones de años. En esa época, en que aún estaban unidas África y Sudamérica, los depósitos comienzan a desarrollarse en ambientes fluviales y lacustre, conociéndoselos como "Formación Tacuarembó" o Piramboiá.
Luego, a resultas de un clima muy seco, se desarrolla un gran desierto de arenas (semejante al actual Sahara), abarcando esa región que ocupan los 4 países, constituyendo a posteriori el acuífero principal del Sistema, en la formación geológica Botucatú o Rivera.
En Argentina, esos sedimentos abarcaron el litoral y la región Chaco pampeano norte y central resultando en espesores variables de 200
m a 600 metros. Luego de esta etapa, y por grandes fracturas profundas, los sedimentos anteriores fueron cubiertos por coladas de lavas basálticas, que acompañaron la separación entre los continentes mencionados, constituyendo la efusión basáltica de mayor extensión mundial comprendiendo un 1.000.000 de km² . Esa efusión dejó volúmenes de rocas muy diversos: en Misiones con más de 800 m de espesor de coladas de lavas superpuestas, en la margen oriental entrerriana: 600 m, y en la región chaco pampeana presenta escasos metros y con presencia irregular discontinua. El máximo espesor conocido de basaltos se registra en el Estado de San Pablo, con más de 1,9 km .


Luego de todos estos eventos geológicos, que permitieron en ese entonces la depositación de más de 1.000 metros de espesor de rocas en toda el área, se comienzan a producir y reactivar fallas y estructuras geológicas que en muchos sectores alteraron el orden estratigráfico establecido, las orientaciones originales y las alturas, sumado todo ello a los procesos erosivos actuando durante varios millones de años y la conformación de depósitos más modernos producidos en el Terciario y Cuaternario.
En ese escenario, considerado geológicamente casi final, y muy parecido al actual, las rocas más permeables que afloraban comenzaron a llenarse de agua por infiltración desde la superficie (producto de las lluvias y ríos), circulando muy lentamente - en el orden de los pocos metros por día - desde las áreas de afloramiento (áreas de recarga) hacia las de hundimiento y confinamiento (áreas de tránsito y descarga). Este proceso comenzó en gran escala hace más de 20.000 años (cuando en las pampas vivía el gliptodonte y en Europa el homo sapiens habitaba en cavernas).

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