Anoiapithecus brevirostris.

El hallazgo que ha permitido reconstruir el espécimen, antecesor de los primates actuales de hace 11,9 millones de años, ha sido un cráneo parcial que conserva la mayor parte de la cara y mandíbula. A partir de ellos se ha podido concluir que la morfología facial del nuevo primate es bastante parecida a la de los seres humanos, dispuesta de forma vertical y no inclinada hacia atrás, y relativamente plana.
Se supone, por estos datos, que es otro eslabón intermedio entre los primates primitivos y los homínidos modernos, ya que sus características faciales hacen pensar en un cruce entre los primates llegados de África a Europa y los homínidos que más tarde se extendieron por África y Eurasia. Esto, junto con otras especies de características similares encontradas en la zona con anterioridad, hace pensar a los investigadores que los homínidos se originaron a orillas del Mediterráneo, y no en África subsahariana, donde sin embargo no han sido hallados hasta el momento este tipo de fósiles.
El director del Instituto Catalán de Paleontología, Salvador Moyà, ha sido el jefe de los equipos de investigación cuyos resultados se han presentado esta semana en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Science de EE.UU).
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