Un algoritmo le permite aprender de lo que hacen otros aparatos

El resultado es un helicóptero autónomo que puede realizar operaciones complejas por sí mismo. Las maniobras son “con mucho, las más dificultosas realizadas por un helicóptero controlado por un ordenador”, comenta Andrew Ng, profesor de la Facultad de Informática de Stanford, que ha dirigido a un grupo de estudiantes en este proyecto, en un comunicado. El complicado show de acrobacias realizado por los helicópteros puede parecer una anécdota, sin embargo es una importante demostración de “aprendizaje”, en el que los robots aprenden observando a un “experto” en lugar de recibir órdenes por parte de un ingeniero de software.
Cuando los investigadores de Stanford decidieron que su helicóptero debería ser capaz de hacer maniobras acrobáticas más complicadas, se dieron cuenta de que incluso definir su proyecto era complicado. Porque, ¿cuál es la especificación formal de “volar correctamente?. Ante tal pregunta, llegaron a la conclusión de que “volar correctamente” era hacer todo aquello que un piloto experto de radio control hiciera en una exhibición aérea. Partiendo de esta premisa, los investigadores grabaron íntegramente las rutinas y los movimientos de un helicóptero en una exhibición. Los pilotos repitieron las maniobras varías veces e, inevitablemente, éstas variaron en cada vuelo. Sin embargo, el algoritmo fue capaz de discernir la trayectoria ideal que el piloto estaba buscando.
En concreto, el helicóptero incorpora acelerómetros, giroscopios y magnetómetros. La posición exacta es seguida mediante GPS o con cámaras instaladas en tierra. Las aplicaciones de estos helicópteros autónomos son muchas. Servirían para buscar minas antipersona o para hacer un mapa en tiempo real del desarrollo de un incendio forestal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario